Él vino en un barco, de nombre extranjero... no, no soy la Pradera, pero sí que es cierto que lo encontré en un puerto (aunque no de montaña) al anochecer...
Fue por mi culpa, por mi gran culpa ¿quién me mandaba a mí hacer caso a una criatura a quien faltaba poco para vestirse en la sección de niños? (Es mi experiencia más parecida a haber compartido lecho con otra mujer). De nuevo, mi camino se cruzaba con el de la genial Samantha Jones (¿no os habéis fijado que es la más llorona y en el fondo la más coherente?)
El aludido presumía de nacionalidad italiana, si bien ya sabemos todos que no es lo mismo un Lamborghini Reventón que un Fiat Cinquecento.
Algo tenía que haberme imaginado cuando decía que me parecía a su madre... me sigo preguntando cómo algo con mi volumen puede derivar genéticamente en algo con el suyo, misterios misteriosos...
Algo tenía que haber intuido dada su teatralidad, en el ámbito que nos ocupa y en otros muchos...
En fin, que se mascaba la tragedia, y es que allá por tierras maradonienses gustan de la adicción al drama (Diego gusta de otras adicciones, ya lo sabemos todos), y la cosa ya distaba de ir viento en pompis antes del incidente objeto de este post.
Al grano: metidos en harina (no, pese a tratarse de un italiano no estoy hablando de hacer pasta) NO ES DE RECIBO que alguien ose a llamarme MI NEGRA. Desafrodisiada es poco.
Para hacer bien el amor no hay que ir al sur, Doña Raffaella.
Ahí lo voy a dejar. Sobran las palabras.
Fue por mi culpa, por mi gran culpa ¿quién me mandaba a mí hacer caso a una criatura a quien faltaba poco para vestirse en la sección de niños? (Es mi experiencia más parecida a haber compartido lecho con otra mujer). De nuevo, mi camino se cruzaba con el de la genial Samantha Jones (¿no os habéis fijado que es la más llorona y en el fondo la más coherente?)
El aludido presumía de nacionalidad italiana, si bien ya sabemos todos que no es lo mismo un Lamborghini Reventón que un Fiat Cinquecento.
Algo tenía que haberme imaginado cuando decía que me parecía a su madre... me sigo preguntando cómo algo con mi volumen puede derivar genéticamente en algo con el suyo, misterios misteriosos...
Algo tenía que haber intuido dada su teatralidad, en el ámbito que nos ocupa y en otros muchos...
En fin, que se mascaba la tragedia, y es que allá por tierras maradonienses gustan de la adicción al drama (Diego gusta de otras adicciones, ya lo sabemos todos), y la cosa ya distaba de ir viento en pompis antes del incidente objeto de este post.
Al grano: metidos en harina (no, pese a tratarse de un italiano no estoy hablando de hacer pasta) NO ES DE RECIBO que alguien ose a llamarme MI NEGRA. Desafrodisiada es poco.
Para hacer bien el amor no hay que ir al sur, Doña Raffaella.
Ahí lo voy a dejar. Sobran las palabras.
La verdad es que se me ocurren miles de cosas antes que MI NEGRA, sobre todo mucho más apropiadas, porque es que ni sarcásticamente, que ya sería mala leche.
ResponderEliminarEn cuanto a lo de si los argentinos son lo que dicen que son o no, me remito al tópico de la compraventa.
En cuanto a lo de Maradona, que no es una persona cualquiera, es un hombre pegado a una pelota de cuero, y yo añadiría que a la banda, me remito a esta foto
LOL!! Te has atrevido!! jajajaja. Eres increible joia!!
ResponderEliminarY no, lo de MI NEGRA definitivamente no te pega. Total, una mala tarde la tiene cualquiera. xDDD